lunes, 22 de octubre de 2012

EL AÑO DE LA FE

El Santo Padre recién inauguró el "Año de la fe", a los 50 años de la apertura del Concilio Ecuménico Vaticano II, en el marco del Sínodo sobre la Nueva Evangelización. Es un año para centrar de manera especial nuestra vida en Jesús, quien "inicia y completa nuestra fe" (Hb 12, 2), al dar cumplimiento a las Escrituras y ser su intérprete definitivo.


El año de la Fe se desarrolla del 11 de octubre de 2012 al 24 de noviembre de 2013.

 El logotipo oficial que se muestra en la imagen nos presenta un campo cuadrado, enmarcado, que representa simbólicamente una barca -imagen de la Iglesia- en navegación sobre olas apenas insinuadas gráficamente, cuyo árbol maestro es una cruz que iza las velas con signos dinámicos que realizan el monograma de Cristo. El fondo de las velas es un sol que, asociado al monograma, hace referencia también a la eucaristía... 

Algunas palabras del mensaje de Benedicto XVI al lanzar el Año de la fe:

 "Jesucristo, consagrado por el Padre en el Espíritu Santo, es el verdadero y perenne protagonista de la evangelización: "El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido. Me ha enviado a evangelizar a los pobres" (Lc 4, 18). Esta misión de Cristo, este dinamismo suyo continúa en el espacio y en el tiempo, atraviesa los siglos y los continentes. Es un movimiento que parte del Padre y, con la fuerza del Espíritu, lleva la buena noticia a los pobres en sentido material y espiritual.

 La Iglesia es el instrumento principal y necesario de esta obra de Cristo, porque está unida a Él como el cuerpo a la cabeza. "Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo" (Jn 20, 21). Así dice el Resucitado a los discípulos, y soplando sobre ellos, añade: "Recibid el Espíritu Santo" (v. 22). Dios por medio de Jesucristo es el principal artífice de la evangelización del mundo; pero Cristo mismo ha querido transmitir a la Iglesia su misión, y lo ha hecho y lo sigue haciendo hasta el final de los tiempos infundiendo el Espíritu Santo en los discípulos, aquel mismo Espíritu que se posó sobre él y permaneció en él durante toda su vida terrena, dándole la fuerza de "proclamar a los cautivos la libertad, y a los ciegos la vista"; de "poner en libertad a los oprimidos" y de "proclamar el año de gracia del Señor" (Lc 4, 18-19)."

Si buscan otros recursos valiosos para celebrar el Año de la fe, recomendamos la página en Facebook del Año de la fe, el portal oficial en el Vaticano, y un nuevo libro de lectio divina, Aumenta nuestra fe, publicado por la Editorial Verbo Divino.


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